domingo, 27 de noviembre de 2016

En TAMAULIPAS "GOBIERNA el NARCO" y NO SOLO por CORRUPCION POLITICA,el EJERCITO les HA VENDIDO "ARMAS ",dice EX-de la DEA.


Desde su óptica no es el crimen organizado el mayor peligro para ambos países divididos por la línea fronteriza, sino la dependencia de ingresos económicos que éste ha generado con una gran diversidad de negocios.

El narcotráfico ha minado las instituciones en Tamaulipas. O así lo sostiene Celerino Castillo, un ex agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas inglés), quien ha visto cómo los capos del país vecino han acrecentado su influencia en la frontera.
“Por ejemplo, hay un residencial entre Mission y McAllen [ciudades de Texas], que se llama Cimarron Country Club, donde habían puros gringos y ahora los cárteles compraron todas las casas. Los que estaban antes se están saliendo, porque ya llegó la violencia a Estados Unidos”, explicó el agente.

De acuerdo con una solicitud de información vía transparencia a la Procuraduría General de la República (PGR), en Tamaulipas operan ocho células del narcotráfico.
Para el Cártel del Golfo trabajan los Metros en Reynosa, los Rojos en Matamoros, el Grupo Dragones en Tampico, los Fresitas y los Ciclones; mientras que para Los Zetas, operan otras tres células: el Grupo Operativo Los Zetas, Grupo Operativo Zetas y las Fuerzas Especiales Zetas.
Castillo afirmó que una amplia serie de negocios se han desarrollado en la frontera, desde ventas de armas hasta bancos.
“El problema que tienen los Estados Unidos no es tanto el tráfico de drogas, sino su adicción al dinero del tráfico”, dijo.
Del 2010 al 2012 ingresaron al país por la frontera norte 253 mil armas que se utilizaron para el mercado ilícito.

Un monto que se tradujo en ganancias de 127 millones de dólares (unos 2 mil 400 millones de pesos) para la industria estadounidense de las armas, de acuerdo con un estudio de la Universidad de San Diego.
Sin embargo, muchas de estas armas que llegan de Estados Unidos al Ejército mexicano terminan en manos del crimen organizado, alertó Castillo.
“El Ejército está trabajando con los narcos desde hace tiempo. Conozco mucha gente del otro lado metidos en el tráfico, y se la pasan comprando ‘juguetes’ a los generales. Es muy simple. Cuando hay detenciones en ocasiones [se encuentran] granadas [calibre] 40 mm, que sirven para lanzadores de granadas. Esas nomás el Ejército las tiene, tú no puedes ir a una tienda a comprar eso”, detalló.

Sin el visto bueno de las autoridades, estos negocios no podrían ser posibles, coinciden especialistas.
fuente.-

En REYNOSA,MILITARES PROTEGIAN al C.D.G.,le VENDIAN ARMAS y DROGAS...


En la ciudad de Reynosa en la frontera de Tamaulipas,una situación semejante se vivió en 2013 que puso al descubierto una "red de militares" que brindaban protección a miembros del Crimen Organizado ,estos  fueron detenidos entonces por el mismo personal castrense adscrito a la Policia Militar en la 8a Zona y bajo total hermetismo fueron presuntamente trasladados a la ciudad de mexico.

La detención de 32 militares entre ellos mandos,ocasiono una protesta en el exterior de la Zona Militar en Reynosa ,los familiares del personal retenido solicitaban información sobre los motivos y reclamaban el maltrato de que habían sido objeto. 

Una de las manifestantes,entonces identificada como Alejandra Cuevas reclamaba que su esposo Jose Ulises Gonzalez Madera había sido "obligado" a firmar documentos con el "rostro cubierto",situación semejante en el caso del Cabo Angel Lopez que decía vía su esposa "Juana Vargas" que había sido golpeado.

En igualdad de circunstancias estaban entonces el Sargento Milton Rene Gonzalez Lopez y el Teniente de Caballeria  Cesar Flores Guzman,de cuyos casos no volvió a saberse mas,salvo un "trascendido" entre los mismos familiares que ventilaba habían sido acusados de "proteger" al Narco CDG en Reynosa  "venderles" armas y drogas  que previamente les decomisaban...sin embargo  un REPORTAJE de los hechos publicado por  ZETA TIJUANA.... bajo el titulo "MILITARES ENCUBRIAN al NARCO" da detalles al respecto.

...." Después de una encarnizada guerra con Los Zetas y ser desplazados de la región que conforman los estados de Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, los miembros del Cártel del Golfo han recuperado espacios y territorios, contando para ello con la complicidad de algunos mandos policiales y hasta militares.

Así queda de manifiesto después de la detención de un grupo de soldados que conformaban una de las llamadas Base de Operación Mixta (BOM) en Reynosa, coordinando acciones con otras corporaciones. A pesar de ello, brindaban protección a narcotraficantes. 

El 19 de marzo de 2013, un comunicado de la BOM informó a la sociedad de la detención de siete presuntos delincuentes, el aseguramiento de ocho kilos de marihuana, una granada de humo, tres vehículos -entre éstos una Jeep Cherokee blanca-, armas de fuego y municiones de diferentes calibres, así como equipo táctico. 

En la acción, registrada dos días antes de la fecha señalada, participaron las fuerzas de Seguridad Pública Estatal, Policía Federal, SEDENA, SEMAR, así como agentes del Ministerio Público del Fuero Común y Federal. 

Lo que nunca expresó el boletín es que minutos antes de esa detención, ocurrida a las 14:10 horas en la calle Celeste 382, de la colonia Arco Iris, el Teniente de Caballería César Guzmán Flores, quien iba al mando del personal del 10/o. Regimiento de Caballería Motorizado de Reynosa, dejó escapar a una octava persona, al parecer líder de la célula delictiva capturada. 

Este hecho trascendió hasta que habitantes de la ciudad fronteriza enviaron una carta anónima a la SEDENA, denunciando reuniones entre presuntos miembros del Cártel del Golfo y militares (algunos identificados por nombres o apodos) para traficar con armas y drogas. “Esperamos que investiguen a estos soldados que con sus actos desprestigian a los que sí protegen a la ciudadanía de la delincuencia organizada”, señalaba el mensaje. 

El mismo 19 de marzo del año pasado se conoció de una “buena acción” por parte de los soldados del BOM, “Tango G”, liderados por el Teniente de Caballería César Guzmán Flores. En una zona despoblada localizaron dentro de una fosa 145 paquetes rectangulares que en su interior contenían 146 kilogramos de cocaína, mismos que fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal en Reynosa. No hubo detenidos. 

El hecho no trascendió mediáticamente, como tampoco se conoció de la sustracción de paquetes de droga que habrían realizado los militares antes de hacer la entrega a las autoridades competentes. Fue hasta que los mandos de la Octava Zona Militar investigaron el reparto de dinero que Guzmán Flores hizo entre la tropa a cambio de guardar silencio. 

En los dormitorios del regimiento se aseguraron mil 325 dólares americanos y 32 mil 500 pesos. Aproximadamente 28 elementos castrenses que participaban en acciones de seguridad bajo el mando de César Guzmán fueron investigados. La gravedad del caso los hizo confesar que la noche del 18 de marzo, para amanecer el 19, salieron de patrullaje a bordo de tres camionetas Chevrolet Cheyenne y un vehículo Sand Cat. 

El Teniente de Caballería ordenó al personal dirigirse por una brecha hasta una finca abandonada. En el sitio, el mando militar integró equipos para que realizaran un reconocimiento de los terrenos donde supuestamente se había reportado la presencia de personas sospechosas. 
Luego de varias horas de búsqueda, uno de los equipos de soldados encontró una fosa donde había ocho maletas de color negro que contenían paquetes con polvo blanco. 
Algunos de los indiciados aseguraron  que el Teniente Guzmán, en contubernio con un capitán segundo de Caballería, separaron dos de las maletas con droga para llevarlas hasta una de las unidades militares. Después sus jefes hicieron algunas llamadas telefónicas y, tras otro lapso de tiempo, en el lugar aparecieron dos taxis, entregándole su superior una maleta a cada uno de los conductores. 

Diversos soldados coincidieron en sus declaraciones al señalar que Guzmán Flores les comentó que la delincuencia organizada le había prometido una recompensa sí encontraban una droga que tenían extraviada. “Hay algo de feria para mandar a cambiar, para alivianarlos y darles un enganche”, les dijo el Teniente de Caballería en alusión a una cantidad de dólares que le habían entregado los taxistas. Los declarantes, ahora procesados en la causa penal 57/2013 del Juzgado Primero Militar de la Primera Región Militar, recibieron 5 mil pesos cada uno. 

A otro le entregaron 15 mil pesos. Con relación a los hechos del 17 de marzo, los soldados que formaban parte del operativo en el que se detuvo a siete presuntos delincuentes, confesaron que ese día formaban parte del convoy de coordinación policial, pero que se salieron de la ruta para perseguir al ocupante de una camioneta Jeep Cherokee blanca, la cual interceptaron más adelante para realizarle una revisión de rutina a su conductor. 

Los militares se dedicaron a dar cobertura de seguridad en la zona, mientras el Teniente de Caballería César Guzmán Flores dirigía la revisión al sujeto, al cual le aseguraron un arma de fuego cromada en cuyas cachas tenía las leyendas “Cártel del Golfo” y “Flaco”. De repente, coinciden, escucharon que su jefe gritaba “vete a la verga” y vieron que el sospechoso se echó a correr, sin que Guzmán hiciera nada, ni les ordenara detenerlo. 

Enseguida se realizó la acción de captura de los presuntos narcotraficantes que estaban en una casa cerca de la zona, y al operativo se incorporó el resto de las corporaciones que conformaban la base de operaciones móvil “Tango Urbano G”. Los mandos castrenses determinaron enjuiciar a los militares implicados en la fuga de un presunto miembro del Cártel del Golfo, en el robo y tráfico de droga, por lo que fueron consignados por los delitos de traición a la patria y contra la salud en la modalidad de colaboración de cualquier manera para posibilitar el tráfico de narcóticos. 

Algunos de los soldados alcanzados por las investigaciones son: Emmanuel Mayorga Cabrera, Rubén Sandoval, Milton González, Iván Sotelo, Jonás Torres y Ángel López, entre otros. En su mayoría, los procesados fueron trasladados de la prisión militar de la Ciudad de México, al Centro Federal de Readaptación Social Número 5, en Villa Aldama, Veracruz. Una ficha informativa de la Octava Zona Militar expuso al Ministerio Público Militar que “en el Estado de Tamaulipas tienen presencia las organizaciones delictivas denominadas ‘Cártel del Golfo’ y ‘Los Zetas’, quienes se disputan el control de las ciudades y municipios más importantes del estado para la venta y tráfico de armas y drogas, ver anexo a área de influencia de organizaciones delictivas, siendo las siguientes actividades que llevan a cabo los integrantes de la delincuencia organizada como sigue: a. trasiego de drogas; b. tráfico de armamento; c. secuestros; d. extorsiones; e. venta de piratería; f. robo de vehículos; g. robos y asaltos en carreteras; h. retenes clandestinos; i. trata de blancas; j. taxis piratas; k. liberación de reos; l. casas de seguridad; m. actividades de halconeo; n. colocación de antenas clandestinas; o. robo de combustible, entre otROS..."   

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