martes, 26 de enero de 2016

"MA. ANTONIETA",la "GENERALA TAMAULIPECA del CDG y ENLACE con la "MAFIA COLOMBIANA,DOMINICANA y MEXICOAMERICANA".


El polvo y el calor cubren a Tamaulipas en junio de 2000. Dos estadounidenses cuya segunda nacionalidad es la del Cártel del Golfo, Joel Recio y Ángel Hernández, saben que la autoridad máxima se llama María Antonieta Rodríguez Mata, una mujer que teje negocios entre las mafias colombiana, dominicana, mexicana y mexicoamericanas.
Los tres se encuentran reunidos en una casa del exclusivo fraccionamiento Las Fuentes de Reynosa.
–Tengo un cargamento de coca. Uno de los pequeños. Necesito transportarlo –dice la mujer, con reposo en la voz y sobrepeso en el cuerpo.
Joel y Ángel asienten.
–¿Cómo y cuánto? –pregunta ella.
–Tengo un amigo que cobra 500 dólares por kilo transportado –responde Recio.
Dos días después, Recio recibe 200 kilos de droga en su casa, en McAllen. Joel y Ángel son parte de la estructura operativa en Estados Unidos de María Antonieta.
Esa misma noche, Joel y Gerardo Jerry García –transportista hasta entonces renuente a ser narcotraficante– empacan nuevamente la droga y la envuelven con cinta adhesiva negra. García es propietario de la compañía de camiones que transportará la droga.
A los pocos minutos, Ángel se apersona y entrega dinero como adelanto del flete.
“Mientras estuve ahí pude ver los paquetes amontonados dentro del cancel de la regadera”, declararía Ángel casi cuatro años después ante un gran jurado de una corte texana.
También daría detalles de su ex jefa.
Si algo le gusta en la vida a María Antonieta Rodríguez Mata son las mujeres, y si algo sabe hacer bien es traficar droga y dinero entre México y Estados Unidos.
Su aspecto físico revela a una mujer que no corresponde al perfil de una “reina” del narco.
Si se atiende a las pocas imágenes disponibles de ella, de inmediato queda claro que de sus hombros nunca colgó una bolsa Louis Vuitton, sino el fusil de asalto que aprendió a manejar en sus años como policía judicial de Tamaulipas.
Si se revisa con atención su biografía, se advierte pronto que la suya no es una vida de pasarela, como lo pudo ser para Laura Elena Zúñiga, la ex Miss Sinaloa en cuya vida se basó la película “Miss Bala”, sino la que puede florecer en la ardiente frontera norte.
El Gobierno de Estados Unidos desplegó su aparato policiaco y diplomático para llevar al banquillo de los acusados a una mujer diferente, de muchas maneras, de Kate del Castillo, la actriz protagonista de la telenovela “La Reina del Sur”, basada en el libro de Arturo Pérez Reverte.
Si los sobrenombres indican algo de quien los recibe, entonces habría que repasarlos para entender de quién se trata María Antonieta: “Comandante”, “Toni”, “La Tía”, “La Toni”, “La Vieja”, “Mandy”, pero, ante todos, el de “La Generala”.
El santo y seña de lo que la DEA conoció de su carrera como contrabandista queda registrado en el expediente de alegato sobre su solicitud de extradición.
En él se lee la letra de un juez estadunidense: “María Antonieta Rodríguez Mata ocupaba una posición como líder de la organización, con base en Reynosa, que transportaba grandes cantidades de cocaína y marihuana en los Estados Unidos”.

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“La Generala” nació el 21 de junio de 1969 en Tampico, Tamaulipas, aunque su vida se construyó, desde su infancia, en Reynosa. Radicó ahí desde el primer año de edad y hasta concluir la secundaria.
Desde entonces, desde antes, sobresalía de manera natural entre el resto de los alumnos por su aguda inteligencia.
Mide 1.65 metros de estatura y es fumadora de tabaco. Hija de un obrero de Pemex, es la menor de sus seis hermanos. Siempre ha negado que consuma drogas ilegales. En cambio, desde un principio, ante su familia, primero, y ante quien fuera, después, aceptó que se enamora sólo de otras mujeres.
Estudió la preparatoria en Saltillo, Coahuila, y derecho en la Universidad Valle de Bravo, en Reynosa, carrera que suspendió a los 22 años para llevar el curso de ingreso a la Policía Judicial de su estado, en donde la admitieron en 1992. Reinició la licenciatura en 1994 y la concluyó dos años después. Permaneció en la Policía Judicial hasta el 1 de junio de 1999.
A diferencia de Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”, resulta impensable que “La Generala” buscara la manera de introducir bótox a la cárcel para alisar las arrugas del rostro. Si acaso, existe un gesto de vanidad en la tamaulipeca, que, a la vez, es un propósito de salud: se realizó una cirugía para reducir el tamaño de su estómago y perder peso.

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¿Qué hay en la mente de María Antonieta Rodríguez Mata?
Este es la impresión que causó en el psicólogo que la analizó en una prisión en mayo de 2005: “El nivel de pensamiento es funcional, de curso normal, contenido lógico, coherente y congruente, tipo inductivo”.
“Se trata de una mujer que emerge de un núcleo familiar incompleto debido a que el padre murió hace aproximadamente cinco años [en referencia al 2000]; sin embargo, es con esta figura con la cual se identificó y de la que obtiene efectivamente mayores satisfacciones”, deteerminó.
“Con la madre mantiene también una relación cercana, dependiente. Dentro del contexto familiar y sociocultural en el cual se desarrolló, obtuvo satisfactores que le permitieron conformar su personalidad en apariencia segura de sí misma, pero afectivamente siempre demandando mayor atención y reconocimiento”, expresó.
“Proyectivamente evidencia su yo disminuido y es como mecanismo de defensa que se conduce con un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y hasta cierto punto preocupada por fantasías de éxito”, según el análisis.
“Su coeficiente intelectual y su rendimiento intelectual le permiten tener una alta capacidad de análisis y síntesis, así como control de sus impulsos”.
“Su actitud social es básicamente convencional, apegada a lo establecido y su rol de grupo es dominante y controlador”, continuó.
“Niega el uso de sustancias tóxicas; menciona únicamente beber alcohol de manera social y esporádicamente. Refiere preferencias de tipo homosexual y relación de pareja actual estable”.

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De los modos y maneras de “La Generala”, en sus tiempos de agente de la Policía Judicial, las autoridades tamaulipecas sabían desde 1996. En junio de ese año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una recomendación al entonces Gobernador para que la investigara por abuso de autoridad.
En 1995, “La Generala”, otro policía mexicano y dos agentes del FBI [El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos] irrumpieron en el centro nocturno Fiesta Mexicana. Sin documento alguno de aprehensión, pero sí con violencia, sacaron del sitio a un ciudadano estadunidense acusado en su país de posesión de mariguana.
Los judiciales metieron al hombre a la cajuela de su vehículo y lo entregaron al FBI en el Puente Internacional de Hidalgo, Texas, ahí mismo donde “La Generala” hizo los negocios por los que los estadounidenses reclamaron su extradición.
En aquella ocasión, “La Generala” realizó la captura “aparentemente” mediante el pago de 10 mil dólares entregados por los agentes estadunidenses.
Antes de ser llevada al Reclusorio Norte, cuando aún existía ahí un apartado femenil, vivió en la colonia Las Fuentes de Reynosa, en una casa construida, ladrillo a ladrillo, a imagen y semejanza de las típicas de un suburbio texano de clase media alta. La vivienda de María Antonieta contaba con tres recámaras, sala-comedor, cocina, cuarto de servicio, cuatro baños, jardín y garaje para 12 autos.

Al momento de su detención, “La Generala” poseía tiendas de autoservicio, restaurantes, negocios de arrendamiento inmobiliario y un rancho de engorda de reses, porque, como todo buen traficante, explica su riqueza con la bonanza de la ganadería.
Quien conoce bien a “La Generala” dice de ella que es tan inteligente como desconfiada y ambas cualidades las tiene en grado superlativo. También que es solidaria con los suyos. Que habla inglés, que tiene excelente vista y que es capaz de armar un plan en segundos.
La corte federal estadounidense detectó que, “al menos desde marzo de 2000 o alrededor de esa fecha”, la mujer “creó una organización para distribuir grandes cantidades de cocaína y marihuana dentro de Estados Unidos” con operaciones basadas en Reynosa y conectada con McAllen y Houston, Texas, y otras ciudades de Nueva York y Carolina del Norte.

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Miguel Ramón Deolelo conoció en su país, República Dominicana, a una mujer excedida de peso, a quien llamaban Toni, y a la que nada detenía en su intención de cobrar cinco millones de dólares por un cargamento de drogas que alguien le debía en la isla.
En junio de 2000, Deolelo, un abogado y un oficial de narcóticos de Santo Domingo –sus nombres no son identificados en el documento oficial– hicieron escala en la Ciudad de México en su ruta hacia Monterrey.
Ahí los esperaba “La Generala”, “quien iba acompañada de tres oficiales de la ley mexicanos”, detallaría el dominicano, quien se integró a la red para trasladar dinero vía aérea de Nueva York a McAllen y, de ahí, vía terrestre a Reynosa.
En agosto de 2000, Deoleo y otro dominicano volaron de Nueva York a McAllen. Los recogieron en el aeropuerto y los llevaron ante Rodríguez Mata, quien se hallaba en México.
“La Generala” planeaba reforzar su estructura de tráfico de cocaína a Nueva York y recomponía piezas para optimizar el flujo de dinero.
Pocos días después, la hermana de Deoleo voló de Nueva York a McAllen. Era la tarde del 21 de agosto de 2000 y Rubén Espinosa, investigador antinarcóticos del condado de Hidalgo, recibió información de que una mujer llegaría en un vuelo de American Airlines en posesión de dinero en efectivo.
Minutos después, el policía recibió sus rasgos físicos. En la sala de llegadas, identificó a una mujer coincidente con la descripción y la siguió, sin que ella ni el hombre que la acompañaba se percataran.
En el estacionamiento del aeropuerto, Espinosa y otro agente abordaron a los narcotraficantes.
–¿Pueden regresar al aeropuerto para una entrevista?
Ninguno se negó. No había manera de hacerlo.
La hermana de Deoleo viajaba con tres maletas, una mochila negra, una pieza de equipaje pequeña con ruedas y una bolsa negra con correa colgada del hombro.
“Observé varios fardos de dólares en la bolsa de mano y en la maleta con ruedas. También noté en el contorno de su cuerpo bultos rectangulares bajo su ropa. Pedí a una oficial que la registrara y encontró 13 bultos adicionales de dinero en efectivo. La Cantidad total fue de 92 mil 492 dólares”.
Dentro de un bolso café que llevaba el hombre, los policías requisaron 80 mil 272 dólares.

***

Los años 2003 y 2004 fueron algunos de los peores para el Cártel del Golfo. Detuvieron a su líder, Osiel Cárdenas Guillén, en Matamoros, Tamaulipas. Otros operadores de primer nivel fueron capturados después, entre ellos Rogelio González, “El Kelín”, y “La Generala”.
“El Kelín” y María Antonieta tenían una historia compartida. Entre 2002 y 2004, él se instaló en Veracruz para recibir droga procedente de Colombia vía Guatemala, que luego enviaba a Texas con la intermediación de ella.
“La Generala” fue detenida el 8 de febrero de 2004 sin intención alguna de ser sometida a proceso penal en México. La Agencia Federal de Investigación la capturó con el único propósito de entregarla a Estados Unidos. Todos los apodos de María Antonieta enlistados por la PGR fueron los mismos y en el mismo orden que los mencionados en la investigación de allá.
El 7 de febrero de 2006, justo dos años después de su entrada a prisión, se le abrieron las puertas de la cárcel de Santa Martha. Por algunos segundos recuperó la libertad, hasta el momento en que un grupo de la PGR la esposó nuevamente para arraigarla durante los siguientes 30 días, recluirla otra vez en la cárcel para mujeres de la Ciudad de México y someterla a un nuevo proceso de extradición.
Estados Unidos no cedía en su propósito de tener a María Antonieta. Y lo logró. “La Generala” fue extraditada el 10 de agosto de 2007.
Después de varios años, la mujer volvió a Texas, justo a donde Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera teme ir extraditado por la posibilidad de que ahí lo espere la inyección letal.
Aunque antes, cayó letalmente enamorado de Kate del Castillo, una actriz que de paso interpretó a una imposible mujer del narco.
Fuente.-

2 comentarios:

  1. Pancho Cardenas un ex policía judidial del estado la mandaria a matar con complicidad de su hijo el Panchito sicarios del gringo maikool quien la mataria para salvar a su padre de la deuda de varios millones de dólares que su padre le devia a maria natonieta eran pareja de trabajo en la policía judicial y socios de vender coca y el Pancho Cardenas sele baño por no pagarle la mando asesinar con la gente del gringo la levanto el Mocho y dani y la mato el panchito

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  2. JAVIER HERNANDEZ Y GILDARDO SALGUERO SON LOS QUE LA ENTREGARON POR QUE ELLOS EN LAS PATRULLAS DE LOS DE CAMINOS SON EX AGENTES DE LA POLICIA FEDERAL DE CAMINOS AHORA INTEGRADOS A UNA AREA DE INTELIGENCIA DE LA POLICIA FEDERAL SON LOS QUELA CUADRIARON PARA SALVARSE ELLOS DE ESA INVESTIGACION DONDE ELLOS COBRABAN POR CADA CAJUELASO DE COCA Y EL APPA DEL JAVIER HERNANDES UN CAPITAN DE LA POLICIA FEDERAL DE CAMINOS DE VERACRUZ LES AVISO POR ESO ESTOS DOS MALANDROS LA ENTREGARRON AL AFI

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